Del tiempo Sánchez al tiempo de nadie
Hubo un tiempo que
fue Sánchez, hasta que el pleno de las Cortes le dijo que no. Hubo otro tiempo
que fue Rajoy hasta que él dijo no. Y ahora hay un tiempo de nadie que no
atisba otro futuro que una nueva convocatoria de elecciones a celebrar en el
mes de junio y que nos abocará, probablemente, a unos resultados más o menos
iguales a los obtenidos el 20D, en vísperas de una Navidad en la que ni el gordo
de la Coca-cola, ni los Reyes de Oriente, apuntaran una visible solución a la
situación planteada en las urnas.
Da la sensación que
hay quien no se da cuenta que su tiempo ha pasado y el del actual presidente en
funciones del gobierno, no puede seguir hacia adelante con su proyecto
personalista y eso el Partido Popular debería conocer que en un futuro, más o
menos inmediato, su líder debe cambiar y, con toda probabilidad, este sea su
momento, muy a pesar de que “ningún jorobado se ve su propia joroba” y eso que
existe la posibilidad de utilizar el espejo para vérsela, aunque hay quien
utiliza el espejo para lo mismo que la madre de Blancanieves, “¿Quien es la más
guapa del mundo?”.
Estamos asistiendo a
la preparación de una excursión peligrosa, por parte de algunos partidos; una
excursión en cuyo autobús, es posible, que suban aquellos que pretenden pinchar
sus propias ruedas; unos pasajeros que van a hacernos el trayecto insufrible y que yo, cuando
hago un viaje, quiero elegir la compañía agradable que me permita disfrutar del
trayecto y no cargarme con el mochuelo de gente que, como me descuide, me va a
robar, como mínimo, hasta la cartera.
Han pasado los
tiempos de los dos líderes políticos con más escaños y la mayor diferencia
entre ellos estriba en que mientras uno debe dar por finalizada su carrera
política, el otro debe, aún, intentar aspirar a ser presidente de gobierno, si en
su caja de grillos no aparece una reina madre con sus mismos objetivos.
Nada, eso, que la
situación está muy compleja que se trata de montar una excursión en la que sus
integrantes sean fieles, sinceros, honestos y tengan por objetivo común sacar a
este país de lodazal en que ellos mismos lo han metido y para ello lo único que
se requiere es aunar fuerzas y esfuerzos, aproximar objetivos y tener visión de
futuro. ¡Casi nà!.
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